jueves, 6 de diciembre de 2012

para la libertad...

Las noches existencialistas no fallan y mucho menos si es invierno, hace frío y la chimenea alumbra la habitación. Sin duda el blog es el reflejo de mi personalidad, aunque escueta sea la información que he aportado hasta ahora, es variopinto, enemigo de la rutina y los horarios y bastante intermitente, como el estado de ánimo de todo ser humano que se precie y más de una casi no-adolescente de 18 años, cumplidos hace un par de meses por cierto y celebrados tal noche como ayer, que decidí restaurar mi cápsula del tiempo para volver atrás y darme la oportunidad de vivir lo que creía perdido. 
La cápsula del tiempo pareció funcionar adecuadamente y ha dejado la huella de la reflexión, pasada la euforia y recuperado el tiempo perdido.
Vuelvo atrás........y aterrizo un tal 19 de Junio, pasado la popular "prueba de madurez" con sobresaliente pero sin tener la sensación de poder alcanzar la susodicha en el futuro inmediato....La opción se presenta, cierro los ojos, lo deseo muy muy fuerte y me lanzo a por Medicina, la vocacional, famosa por su dureza y su interminable duración carrera universitaria. Y lo hago con la sensación de escoger el tren que acaba de pasar, que muchos desearían pero que por mi puerta ha pasado como indiferente hasta que he decidido subir. Miedo, incertidumbre pero sobre todo......ganas de vivir el verano de mi vida y mucha ilusión.

Parando mi tren en Madrid un tal 12 de julio en la estación de donde salía la máquina que me llevaba 1 año atrás, a revivir por unos instantes la aventura de mi vida, a recordar mi esencia, a encontrarme a mi misma; nada mal está que la vida nos recuerde quien somos y donde estamos aunque no sepamos a dónde queremos llegar ni cómo ni cuándo....






Volviendo a la realidad tras el trance vine a caer un tal 23 de Julio en un país lejano al que no habría de atarme nada si no fuera porque el alma es caprichosa y le gusta añorar las cosas que están lejos, lo ajeno pero cercano, lo extraño pero deseado...Tras el reencuentro improvisado con aquella ciudad del este y aquél habitante que robó mi alma hace hoy dos años, vuelvo a la realidad de mi vida diaria.......









O no, porque el trance debía ser tratado con mucha delicadeza para no romper en pedazos un alma débil y un corazón errante. Así que mi tren decidió llevarme a un lugar por encima de lo cotidiano, de ciudades y de lo material, decidió llevarme a la dimensión del olvido y la diversión y además decidió que aquella aventura no fuera algo pasajero sino un comienzo, un reencuentro conmigo misma y con gente que me acompaña en el camino de la vida sin dejar que caiga, al menos no muy hondo. No contento con eso mi tren me llevó al reencuentro con lo cercano, precipitó el momento de valorar o que me rodea y he tenido siempre, sabiendo que estaba más cerca su final que su principio o al menos, ya que decir final puede sonar trágico, estaba cerca si transformación irreversible, aquel reencuentro no podía ser ni mas ni menos que en el bello país mediterráneo de Italia, en su capital o, debería decir su monumento....









Parece que ya estaba lista para afrontar lo que viniera así que mi tren decidió dejarme en un lugar cercano, para reposar tantas aventuras y preparar nuevos retos en calma, junto al mar y la brisa revitalizante que caracteriza las playas mediterráneas lejos del barullo de la ciudad que se acercaba a pasos de gigante....






Llegado Septiembre no parecía adecuado entrar de lleno en la ciudad y la rutina, así que mi tren, sabio como el que más, decidió llevarme otra vez a una máquina, pero esta no era del tiempo sino de sueños, y desperté en la bella Sevilla, con su giralda, su catedral y su archivo de indias, pero no desperté sola sino acompañada de la familia que vive conmigo y dentro de mí desde hace poco más de un año, muy bien representada por aquella chica que ganó mi amistad en el primer instante que la conocí y con la que sin duda había compartido mi gran sueño, una prueba más me ponía el destino en aquella capital de Indias, el pasaporte a otro sueño, el viaje a la Patagonia chilena por el cual ya llevaba más de 6 meses luchando, de aquella mañana, las atarazanas de Sevilla, aquel teatro y aquellos momentos dependía el despertar o seguir soñando....quiso la vida que aconteciera lo segundo y , contra viento y marea los astros se alinearon para llevarme una vez más lejos, para que mi tren nunca me dejara en la rutina para que nada ni nadie cortara mis alas. 



La cosa no terminó aquí, el tren tuvo que llevarme de vuelta, o debería decir de lleno a la rutina, universidad, clases que en lugar de a lengua, filosofía, historia....tenían sabor a anatomía, bioquímica, física...quiso el azar(que no la vocación)que me gustara este nuevo sabor. Claro que no es de extrañar subyacían otros factores que motivaron mi motivación, valga la redundancia. Fiestas, novatadas, vivir desde dentro ese corporativismo médico cocinado desde el primer día, prácticas, exámenes que estaban más lejos que cerca....Hasta que llegó otro soplo de aire fresco, el tren decidió que nos íbamos a Zaragoza, que ya tocaba visitar a la gran familia rutera y unir una parte de los trocitos de corazón que tengo repartidos por el mundo...Vuelta a la realidad y llegada de los 18 que si bien no son más que otros 15, 16, 17...parece que tienen además del sentido legal un aura de madurez y son más una advertencia de la lejanía de la infancia y de la necesidad de autodeterminación....Pasa noviembre, los exámenes ya no están tan lejos pero siempre me las apaño para buscar distracciones que si bien no son siempre productivas o constructivas me hacen soñar y a veces perder el tiempo como es el caso de mi querido noviembre, el otoño decidió jugar con mi alma, darle vueltas, ilusionarla y a la vez desgarrarla; suerte que conseguí salvarla en el límite de la autodestrucción....Llega Diciembre, el alma se estremece y el tren se está empezando a oxidar, por suerte ayer rescaté mi máquina del tiempo y le he preparado los engranajes para que aguantemos hasta febrero, cuando el destino nos llevará mucho más lejos de lo que nos ha llevado nunca y , quien sabe, quizá también nos lleve mucho más dentro de nosotros.....

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos...



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