jueves, 4 de julio de 2013

Punto y seguido

Sin darnos cuenta, un día de Julio de una tal año como 2013, se acabó.

El momento tantos días esperado esta a punto de llegar...el momento que marcará el cambio de curso, el fin de primero y el principio del resto de nuestra vida. Momento deseado, añorado durante eternas noches entre montañas de libros, cafés y desesperación pero también el momento que, como tantos, será efímero y nos abrirá las puertas de un verano fugaz y toda una vida que correrá ante nuestros ojos sin que podamos parar, ni en lo que dura un suspiro, el tiempo.

Pero es así nos toca avanzar, decir adiós a ayer y hola a mañana. Aunque sin dejar que escape ni un solo segundo del hoy.

Ya que esta noche a decidido pintarse con colores del ayer, de recuerdos y momentos que quedaron para siempre marcados en los días de un calendario lleno de sorpresas, sonrisas y (valga la redundancia) momentos inolvidables. Sin que sirva de precedente, voy a regalarle unas líneas a la nostalgia.

El ruido de la puerta de emergencia, que meses después nos hace estremecernos en cualquier clase y nos saca una sonrisa y miradas de complicidad que solo nosotros entendemos. Y es que más allá de que las novatadas fueran la jodida mejor fiesta que habíamos vivido hasta el momento,  nos confirmaban un hecho: después de años de esfuerzo habíamos llegado a la meta merecida, algún día (más tarde que pronto) seríamos médicos y, saber eso, por lejano que se sienta el momento, te da fuerzas para luchar contra lo que haga falta para llegar al final del camino que hace mucho, más de lo que imaginas, empezaste.



Le siguieron cientos de momentos (y no sólo hablo de fiestas, aunque también) que han dado sentido a la palabra inolvidable. Acompañados de gente que hacía pocos meses eran desconocidos, a los que incluso llegaste a mirar con desconfianza en esos primeros y difíciles momentos de contacto; pero que poco a poco se han convertido en piezas imprescindibles en el puzzle de tu vida, sin los que no podrías ni imaginar la mitad de lo que has vivido. Ni de lo que vivirás; digo, viviremos.

Por fin el día que marca el final de todo, de días de biblioteca y desesperación pero también de noches eternas y memorables ha llegado, y lo hace para recordarnos que todo esto ha sido real, que lo hemos vivido y que (pase lo que pase mañana), hemos sobrevivido.




Enhorabuena.  :)